Medinet Habu está en Tebas Occidental, es decir, el amplio territorio de la actual Luxor que se extiende más allá de la orilla occidental del río Nilo. De hecho, se encuentra cerca de otros grandes iconos históricos de la zona, a los que se puede llegar fácilmente en coche: el Valle de los Reyes, el templo funerario de la reina Hatshepsut, el Ramesseum, etc.
Tanto Medinet Habu como los espacios mencionados y otros muchos tienen un carácter funerario o religioso, puesto que cuando, vista desde Luxor, esta es la zona por la que se pone el sol, algo lleno de valor simbólico en la religión del Antiguo Egipto.
De la mano de Dunas Travel, nos acercamos a la orilla oeste del río Nilo. En el sur de Egipto, la enigmática ciudad de Luxor nos espera. Junto a ella se encuentra el impresionante complejo arqueológico Medinet Habu, especialmente conocido por albergar el templo funerario de Ramsés III, que fue construido durante el siglo XII a.C. para rendir culto al faraón divinizado después de su muerte.
Pilón principal del Templo de Medinet Habu, el templo funerario de Ramsés III
Medinet Habu es una zona arqueológica que emerge majestuosamente para descubrirnos los secretos ancestrales que residen en su interior. Las puertas decoradas con relieves y jeroglíficos nos invitan a cruzar el umbral hacia un mundo perdido. Sus patios sombreados y sus salas adornadas con murales nos transportan a un pasado lleno de esplendor y misterio. Cada relieve tallado en la piedra nos cuenta historias de batallas épicas, rituales sagrados y la vida cotidiana en el antiguo Egipto. Mientras caminamos entre las columnas que parecen tocar el cielo, sentimos cómo la grandeza de este lugar nos envuelve.
Templo funerario de Ramsés III, puertas y techo decorados
El gran protagonista del conjunto funerario es sin duda el templo funerario de Ramsés III, una construcción que consta de una serie de patios, salas hipóstilas con columnas y santuarios. El templo está rodeado por una muralla que le otorga una apariencia fortificada y defensiva.
Uno de los lugares más relevantes del templo es la conocida como Sala del Festival, donde se celebraba el importante festival religioso anual en honor a Amón. Durante esta celebración, la estatua del dios Amón era llevada en procesión desde el templo de Karnak, situado en la orilla opuesta del Nilo, hasta Medinet Habu, donde se realizaban las ceremonias y rituales en su honor.
Avenida de los Carneros en el templo de Karnak, Luxor, (foto: Marita González)
Dentro del complejo también encontramos diversas capillas y santuarios dedicados a otras deidades egipcias, además de Amón, como Ptah, Hathor y Osiris. Estos espacios eran utilizados para realizar rituales y ofrendas en honor a los dioses.
Paredes y techos con jeroglificos del Templo de Ramses III, Karnak (foto: A. Alonso)
La Estatua de SekhmetMigdol está en una capilla muy pequeña del recinto de Amón-Re en la puerta de entrada del templo mortuorio de Ramesses III en Medina Habu, de Karnak. La estatua sólo recibe luz de un pequeño agujero en el techo, lo que la convierte en una figura muy impresionante cuando entras en la capilla y tus ojos se adaptan gradualmente al nivel de luz, la tradicción afirma que genera una energía positiva en quien lo logra. La estatua mide unos 2 metros de altura.
El periodista Tomás R, Arteaga y Munir, el guía, en plena acción experencial
Aunque el paso del tiempo ha afectado algunas partes y construcciones de la zona arqueológica, Medinet Habu ha sido objeto de trabajos de restauración y conservación para preservar su estructura y su arte.
La seguridad policial en esta zona se hace notar, es visible y convincente. Los terroristas están siempre dispuestos a todo con tal de que su actividad asesina se refleje en todos los medios de comunicación del mundo. La policía egipcia da sensación de paz y seguridad en esta zona tan turística que da trabajo a tantos y tantos ciudadanos de este milenario país.
Valle de Los Reyes, aspecto exterior, (foto: Marita González)
Maqueta del Valle de los Reyes y sus tumbas del Centro de Interpretación, (foto: Antón Alonso)
Como decía, la seguridad ha cambiado para mucho y para bien en el Valle de los Reyes. En este atractivo lugar, visitamos el centro interpretativo y tres tumba de Ramsés IX, Merempath y Ramsés IV con gran profusión de pinturas y jeroglíficos. La cuarta tumba visitada fue la del faraón Ramsés II…., que se considera que fue el que expulsó a Moisés hacia la Tierra Prometida.
Tumba de Rameses IV. Pinturas y cámara funeraria, (foto: Marita González)
Tebas fue la capital espiritual, intelectual y económica a partir de la XI dinastía, donde se encuentra el templo y a unos tres kilómetros el templo de Karnak, que estuvieron unidos por una hilera de esfinges. Dentro de su extensión también se encuentran los colosos de Memnón, dos estatuas gemelas que representan a Amenhotep III con una altura de dieciocho metros, a sólo dos kilómetros de distancia de Medinet Habu, este será nuestro siguiente destino: los misteriosos colosos de Memnón, dominan la llanura de El-Tarif alzándose como guardianes silenciosos del pasado. Los colosos eran parte del templo funerario del faraón y aún hoy inspiran asombro.
Colosos de Memnón, Egipto, (foto: Antón Alonso)
El legado de los Colosos de Memnón se extiende más allá de su imponente presencia física. Durante siglos, se creía que una de las dos enormes estatuas emitía un sonido misterioso al amanecer, conocido como "el canto de Memnón". Esto se debía a las vibraciones producidas por la evaporación del rocío en las grietas de la estatua. Aunque el fenómeno dejó de ocurrir después de un terremoto en el año 27 a.C., las leyendas y mitos que lo rodean han dejado una marca indeleble en la historia del lugar y muchos visitantes siguen acercándose para intentar escucharlo.
Colosos de Memnón,Egipto, en primer plano el autor del reportaje (foto: Sebastián)
Sin lugar a dudas, Medinet Habu, el Valle de los Reyes y los Colosos de Memnón son tres de las maravillas que merecen ser exploradas en un viaje Egipto. Desde los imponentes muros del templo funerario de Ramsés III hasta la enigmática presencia de los colosos de Amenhotep III, cada paso en este fascinante complejo arqueológico nos acerca a la grandeza de una civilización que se desplegó hace milenios.
Fotos: A. Alonso, M.F. González y Sebastián)
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