Entre cepas y monumentos la Rioja Alavesa se extiende a través de 320 kilómetros cuadrados, de tierras rojas y con carácter que bendecidas por un microclima oriundo, las definen como privilegiadas por la naturaleza para el cultivo de la vid. La tenacidad, buen hacer y legado ancestral de sus gentes en lo que a la transformación de esas uvas en vinos se refiere, hacen el resto colocando la región con sus quince municipios y sus casi 400 bodegas en el mapa de los principales centros productores de vinos de calidad a nivel mundial.
Paisaje, de la Rioja Alavesa
Geografía, paisaje y arquitectura son la primera impresión que nos va a producir este paseo por la Ruta del Vino Alavesa, pero una de las grandes sorpresas que nos tiene guardada la comarca, es que aquí en algunas de sus Bodegas, se produce vino Kosher, el vino utilizado en los rituales de la religión Judía. Expandir la producción y venta de vinos de la Rioja Alavesa al exigente mercado Judío, ha sido sin duda un gran logro y desafío para algunas de las bodegas de la zona.
El término Kosher, es un vocablo que significa Apto, Puro, y esta certificación solo puede concederla un rabino, después de controlar que estricta y absolutamente en todos los pasos de la elaboración del vino desde la cepa hasta el embotellado final, han sido observados y respetados todos los preceptos que ordena la religión judía. Severo y muy complejo el código Kashrut, determina estas etapas que el rabino ha de supervisar para que el producto pueda ser considerado legítimamente Kosher. Este hermetismo en los procesos, ha determinado que la denominación Kosher, tenga una altísima credibilidad y prestigio internacional, y ya no solo en el mundo judío; siendo este el determinante de que muchas Bodegas pongan sus miras en este complejo mercado de excelente nivel adquisitivo.
Requisitos del vino Kosher
Los requisitos exigidos a considerar por el rabino, de manera resumida, son los siguientes.
Todo este proceso de adaptación de las Bodegas a las exigencias de los nuevos mercados internacionales como el judaico, sonarían a modernidad é innovación, si no fuera porque el vino Kosher ya se elaboraba en las juderías de la zona desde cientos de años atrás.
Las Aljamas, en tiempos medievales previos a la expulsión de los judíos, eran los organismos ó juntas que los sefardíes españoles tenían para velar que los preceptos religiosos se respetaran en la elaboración de sus vinos, controlando viñedos, bodegas, tabernas, regulando su comercio y controlando que no fueran tocados por manos gentiles (cristianas ó musulmanas). Las Aljamas, se mantenían económicamente mediante el cobro de la Sisa, una especie de impuesto que consistía en entregar al comprador una cantidad de vino inferior a la comprada, usándose los beneficios conseguidos con esta diferencia, para el mantenimiento financiero de dicha institución. Lo normal era que la Sisa en el vino fuera de un ochavo ó sea (1/8) menos de la cantidad comprada.
Seguramente en pueblos como La Bastida y otros tantos de la zona, donde las juderías ocupaban partes muy relevantes de estas poblaciones, entre las paredes de sus antiguas casas, aún retumben los ecos de las celebraciones de los Sabbat, brindando como nó con vinos Kosher de la tierra.
Panoramica de Labastida (Araba)
Rioja Alavesa además de representar una de las más exigentes denominaciones de origen en lo que a vinos se refiere, es también tierra de contrastes y sorpresas, al alcance de todos los amantes de la excelencia. Catas, manjares, aldeas, Monasterios, Iglesias, Palacios, Dolmenes, conjuros medievales ó paisajes encantados hacen de estas tierras de arte y vino tan antiguas como vanguardistas un destino para caminarlo sin prisas y con los sentidos abiertos a las mejores sorpresas.
Imprescindible para los viajeros que quieran presumir de conocer esta parte privilegiada de la España mágica.
Palacio de Samaniego, Araba
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