No es una forma de hablar si decimos que, en Far Nomo, la cocina es “de altura”. Lo es en sentido propio por su alto nivel de calidad, pero también porque este restaurante está ubicado en el emblemático Faro de San Sebastián, desde cuyas alturas, podemos divisar el precioso mar Mediterráneo de la Costa Brava (Gerona), con sus costas de calas, pinos, flores, rocas y aguas cristalinas.
Restaurante Far Nomo
Far Nomo se encuentra entre los bellos pueblecitos costeros de Llafranc (cuya coqueta bahía se aprecia desde el faro) y Tamariu, muy cerca de otra pedanía mítica, Calella de Palafrugell- donde se dice que Joan Manuel Serrat compuso su canción más famosa de Mediterráneo-.
Alrededores de Far Nomo
Acudir a Far Nomo, además de por su excelente gastronomía, es, por tanto, toda una experiencia visual y sensitiva, donde no solo el paladar queda satisfecho sino también la vista por su entorno natural y su ubicación en un edificio histórico de gran solera. Basada en la ya larga experiencia de 15 años del Grupo Nomo, la cocina de este local se supera con un muestrario de sus mejores y más recientes creaciones cuyas raíces son, aquí, japonesas con influencias catalanas, concretamente ampurdanesas por la comarca donde nos ubicamos. Una mezcla muy interesante y muy conseguida, que da un aire muy cosmopolita a la par que profundiza en lo local, priorizando el compartir los platos, algo esencial en la filosofía de Far Nomo.
Far Nomo sala
El grupo Nomo, posee, en la actualidad, nueve locales (el primero inaugurado fue, en 2008, en el barrio barcelonés de Gràcia) repartidos entre Barcelona, Madrid, Gerona y puntos de la Costa Brava. Un proyecto que se caracteriza por su dinamismo, buen hacer y excelente calidad de sus productos.
Con una terraza espectacular de flores, plantas trepadoras, Far Nomo permite, en días de buen tiempo (que, aquí, son muchos en el año) comer, cenar o tomar una copa con vistas sobrecogedoras. El interior no le va a la zaga: dos salones-uno que da a la parte de atrás, de corte más clásico- y otro, con barra y ladrillo visto- desde el que se atisba el jardín. Todo en un estilo bohemio-chic, de diseño estiloso y cercano. En Far Nomo, se respira un ambiente agradable, informal, gracias, en gran parte a un servicio amable, simpático, que nos aconsejará estupendamente sobre los platos de la carta. Por cierto, divertidísima y original, la forma de elegir los platos, presentados en orden numérico, que debemos señalar a las camareras con pequeñas fichas como si fuera una especia de damero.
Vistas desde la terraza de Far Nomo
La carta es extensa, pero con un nivel de calidad constante. Todo lo que hay tiene un sentido y la calidad es óptima. Los platos están muy bien presentados con sus fotos correspondientes y una buena explicación de los ingredientes, que, no obstante, ante cualquier duda, nos lo aclaran sin problemas, como hemos dicho, en el local.
Entre sus platos destacan, además de deliciosos y variadísimos tartares, tempuras, tatakis, sushis, nigiris, makis y sashimis, deliciosos arroces y fideos. El Unagui yakimeshi, o sea un arroz frito con anguila del Delta del Ebro, ceps y trompetas de la muerte es algo espectacular. Hay una oferta de tacos, que de seguro hay que probar por su sabor y su originalidad, como, por ejemplo, el Ebi tac, un mini taco de tartar de gamba blanca con salsa de yuzu y maracuyá, sobre una oblea artesanal hecha con placton marino.
Arroz frito con anguila del Delta del Ebro y setas Far Nomo
Los pescados son óptimos y fresquísimos ya sea en las elaboraciones de sushis o en platos como el salmonete no tataki, donde brilla, especialmente este producto no solo por su bonita presentación, sino por el delicioso acompañamiento de tirabeques al wok, salsa ponzu y hojas de wasabi fresco.
Salmonete no tataki de Far Nomo
En el apartado de tapas japonesas, sobresale la sukiyaki croquette (Croqueta japonesa de rabo de toro rebozada en panko), una fusión japo-catalana espectacular o bien, el Yaki hotate to foie (Pincho de vieira a la plancha con foie del Empordà, espinacas y salsa teriyaki), asimismo, mezcla excepcional de sabores. Por otra parte, las gyozas son riquísimas y hay una muy buena muestra de ellas en la carta. Ejemplo de ello son las de sobrasada y butifarra (¿hay algo más catalán?) con ralladura de queso parmesano y miel.
Pincho de vieira de Far Nomo
Los postres son óptimos y originales. Se nota que hay una búsqueda de recetas y elaboración muy desarrollada. La propuesta va desde los mochis, dorayakis, pasando por una tarta de chocolate hasta la Panna cotta de Taro (raíz japonesa) con helado de yogur y crumble de piña, que nos recordará al sabor de las Galletas María, de toda nuestra infancia.
Panna cotta de Taro Far Nomo
En la carta, existe un menú degustación a 50 euros muy variado e interesante para conocer los mejores platos de Far Nomo.
Por todo ello, no es arriesgado decir que esta carta, donde manjares japoneses casan perfectamente con la cocina catalana, posee, en su integralidad, una gran calidad. Una cocina, como decíamos de “altura”. Degustar su excelente gastronomía en este encantador y espectacular entorno mediterráneo es toda una experiencia muy recomendable. En Far Nomo, solo hay un defecto: ¡no se puede comer todo de una sola vez!
Direcciones: Passeig de Pau Casals, 64, 17211 Llafranc, Gerona (Cataluña)
Precio medio: 50 euros/ persona- Se puede pedir a domicilio.
Horarios: de martes a domingo: de 13h00 a 17h00 y de 20h00 a 00h00- Abierto todo el año,
Reservas: 972301521- https://gruponomo.com/restaurantes/far-nomo/
Autora: Carmen Pineda
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