​Hotel Arbaso, lujo sereno y esencia vasca en el corazón de San Sebastián

     El hotel Arbaso, un establecimiento ubicado en pleno corazón de San Sebastián, en la zona más clásica y señorial, enfrente de la Catedral del Buen Pastor y a cinco minutos de la preciosa playa de la Concha, se ha convertido ya en un referente en la ciudad donostiarra. Hablamos de un hotel de 4 estrellas, pero con un nivel de 5, en la realidad, gracias a la excelencia de su servicio exclusivo, sus detalles y su gastronomía.

Playa de la Concha, Donosti

     Nacido en plena pandemia, el Arbaso ha sabido superar los “baches” debidos a la situación, para consolidarse, hoy, como un hotel boutique de refinamiento estético con un sentido del lujo muy personal que no olvida la noción de cercanía, hospitalidad y, sobre todo, de sus orígenes vascos que se reflejan en cada detalle. De hecho, “arbaso” significa ancestros, antepasados, lo que retrotrae a esas raíces de lo natural y auténtico de la idiosincrasia vasca, tan orgullosa e inteligente por mantener sus tradiciones.

     Lo primero que llama la atención del Arbaso es su imponente fachada- por cierto, protegida- de un bello edificio del siglo XIX, que se fusiona con el resto de casas en torno a la plaza de la Catedral. Una fachada, en tonos ocres de bonitos balcones con herrajes, de donde tenemos unas preciosas vistas tanto a la iglesia como al resto de calles señoriales del centro de San Sebastián. 

Hotel Arbaso, fachada exterior 

   Una ubicación estupenda porque siendo céntrica es, a la vez, tranquila, algo que sorprende cuando estamos dentro del hotel. Una calma agradable, sin ruidos del exterior, salvo las melodiosas campanas de la Catedral, que permite descansar y relajarse. Los amantes del ejercicio, tienen, además la posibilidad de usar el gimnasio y sauna del hotel.

Vistas de la Catedral del Buen Pastor y su entorno desde el Hotel Arbaso, Donosti

     La experiencia de “vivir” el Arbaso comienza desde la entrada al hotel. Nada más llegar, nos sorprende que no sea una recepción al uso. Lo que vemos es una gran mesa baja rectangular, de diseño, en madera, con unas acogedoras lámparas y unos taburetes rústicos en paja. Esta originalidad se complementa con la gran sonrisa de la persona que nos acoge transmitiéndonos una sensación calurosa y cordial como si entrásemos en casa de unos amigos y no en un hotel frío e impersonal. Aquí no se despacha al cliente, se recibe con un “Ongi etorri” de bienvenida muy exclusivo. Por cierto, que si venimos en coche, hay un servicio de aparcacoches muy útil y efectivo. La recepción, cálida humanamente, es, además un precioso lugar, tremendamente acogedor, con sofás, plantas verdes, una chimenea “de verdad” con troncos auténticos, una alfombra de esparto y en la pared, un mural donde se ha trasladado una foto, “Muros de Luz”, que simula un bloque de piedra macizo de la cantera vasca de Markina. De hecho, el pavimento está realizado con el mismo tipo de piedra. Por todo ello, la entrada, además de acogedora, ya nos indica lo que vamos a encontrar en el Arbaso: raíces vascas en muebles y detalles de diseño exclusivos, tonos cálidos, sosiego, dentro de un marco de servicio exquisito, donde uno se siente bien cuidado.

Recepción del Hotel Arbaso, Donosti

     Tanto Raúl Fernández Acha, director del Arbaso, y Elena Narbate, responsable de comunicación, lo tienen muy claro y lo demuestran en la cercanía respetuosa con la que tratan a cualquier cliente. Absolutamente, todo el servicio del hotel está pendiente de las necesidades de la persona alojada, pero desde una naturalidad y simpatía que llaman la atención.

      Como decimos, en el Hotel Arbaso, lujo, refinamiento en los detalles y funcionalidad van juntos. Las 50 habitaciones son buena muestra de ello. Para empezar, todas son singulares, dentro de varios tipos: las habitaciones individuales, las familiares con dos habitaciones, la Junior Suite de dos estancias, las duplex…La sencillez elegante de esta exquisitez singular y original de cada habitación se combina con la última tecnología como en los baños amplios y cómodos, donde se puede ver desde una bañera de estilo antiguo hasta luz en el inodoro con las mejores “amenities”. A reseñar la gran comodidad de las camas (se pueden elegir diferentes tipos de almohadas, según nuestros gustos) con una magnífica calidad de los tejidos.

Duplex Hotel Arbaso

     Los responsables de la decoración del Arbaso son el arquitecto Iñigo Garate y las interioristas Arantza Ania y Amaia Orrico que han dotado al lugar de mesas de Arkaia, mobiliario de Norman Foster y Moneo o grifería Steinberg, por citar solo alguno de los icónicos elementos que podemos encontrar en todo el establecimiento.

     Las estancias, muy luminosas, recrean un ambiente de tonos naturales como el marrón, los pardos, los grises…, que nos recuerdan al campo vasco y aportan gran calidez. Preciosas maderas en muebles de diseño, líneas sencillas en detalles decorativos que simulan las piedras de los levantadores vascos, lámparas “Maya” que recuerdan a las abejas, todo está pensado hasta el último detalle para trasladarnos esa filosofía de las tradiciones vascas y de lo natural, dentro de ese lujo discreto y refinado, sello de la casa del Arbaso. Prácticamente, todo en el hotel proviene de proveedores locales. Ya sean los muebles, la ropa (el servicio viste, de hecho, o con trajes en tejidos naturales que simulan a los tradicionales de los pelotaris con unos flecos típicos o a los levantadores de troncos, los “harrijasotzailes”, con sus chalecos “guerrico”) o la gastronomía.

      En este último capítulo, hay que destacar la magnífica oferta gastronómica del Arbaso. En la planta a calle, se encuentra uno de los mejores restaurantes de San Sebastián, en la actualidad: el Narru, en el que encontramos una parte de cafetería, un bar, una terraza bajo los soportales de la calle y otra de restaurante gastronómico.  A la zona de restauración, se puede entrar, también, desde el hotel y aunque se trate de gestiones distintas, el Narru y el Arbaso comparten, además del mismo edificio, una misma filosofía de calidad, de kilómetro 0, de respeto a las raíces vascas que se aprecia en la magnífica alta cocina de materia prima, innovación y clasicismo del talentoso chef Iñigo Peña. A reseñar, que el desayuno ofertado por el Hotel, es sobresaliente: completísimo, muy buena relación precio-calidad y exquisito. Muy recomendable cogerlo.

Desayuno Arbaso

• Experiencias que nos propone el Arbaso

     Siguiendo en la estela gastronómica, uno de los servicios que nos proporcionará el Arbaso es una lista exclusiva de los mejores bares de pintxos (toda una institución culinaria en la ciudad donostiarra). Los responsables del hotel han elaborado una selección, una guía muy útil y de gran calidad, por barrios de la ciudad, de los mejores lugares para degustar estas “joyas” tan típicas de San Sebastián. Por supuesto, en dicha lista, está incluida la parte de bar y pintxos del Narru. 

Merluza de Narru

     Desde el Hotel Arbaso, nos pueden proponer, también, varias experiencias como visitar el cercano Mercado de San Martín con sus magníficos pescados cántabros o, para los amantes del aire libre, el establecimiento cuenta con un catálogo de experiencias ad hoc para descubrir San Sebastián y el País Vasco desde otro ángulo: desde surcar las olas, impregnarse de del mar, rodearse de naturaleza salvaje o aprender a surfear en las mejores playas de la costa vasca de la mano de los grandes surfistas locales. Otra opción es ir a conocer, en la falda del monte Jaizkibel (a escasos 20 minutos de San Sebastián), Basalore, la suite del Hotel Arbaso. Basalore es un caserío tradicional vasco con 27 hectáreas de terreno donde la privacidad y exclusividad están garantizadas.

• Más actividades

     Por otra parte, una propuesta interesante y original, además de las del Arbaso, para completar nuestra estancia en San Sebastián, es Topa Sukalderia, restaurante que aúna la cocina vasca y la latinoamericana (sobre todo, la mexicana), perteneciente a IXO Grupo. Una opción interesante de buena cocina fusión, a precios moderados (en torno a 35 euros/ persona), que ha sido ideada por el gran chef vasco Andoni Aduriz (Mugaritz), quien ha querido homenajear el pasado histórico y cultural que une el País Vasco con Latinoamérica. Lo mejor de las dos gastronomías se fusiona en este local desenfadado de maderas y graffitis. “buen rollo” del personal y música, donde comer desde moles, tacos, hasta txistorra…, en propuestas como “Al pastor vasco”, la merluza rebozada con pebre verde o los chipirones en su tinta con mole, entre otros. Originales postres muy recomendables como el eclair con chocolate y mole.

Topa Sukalderia

     Otra experiencia que nos llenará, esta vez, a nivel cultural y espiritual, único en el mundo es la de ir a conocer el Museo Chillida Leku en el cercano pueblo de Hernani, en los alrededores de San Sebastián. Una ocasión especial para visitar este fascinante y bello lugar-museo al aire libre del escultor Eduardo Chillida, uno de los grandes nombres de la cultura española a nivel internacional, en la antesala de su próximo centenario en el 2024. Un museo que representa el gran sueño de Chillida, donde quiso que las personas pudieran caminar entre sus esculturas de hierro, de granito…, como si se tratase de un bosque. 

Caserío Chillida Leku

     Chillida-Leku alberga y preserva el legado del artista, con sus obras, su caserío del siglo XV, reformado por el propio artista y la misma naturaleza, donde se integra el bellísimo trabajo del escultor. Chillida-Leku es, hoy, un lugar visitado por gentes de todo el mundo, consolidado como un lugar de encuentro, de paseo, de arte. En definitiva, un museo vivo, de gran calidad artística, en un marco natural excepcional que cuidan y preservan sus descendientes, con amor e inteligencia, como es el caso de su nieto Mikel Chillida.

Museo Chillida Leku

Autora: Carmen Pineda