Los plenos del Ayuntamiento de Ourense

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      Serán cuatro años en los que el gobierno de esta ciudad ha cambiado como un camaleón, según el color que se necesita en cada momento. Pero ese color no es para camuflarse de los enemigos, sino para poder cegar a los ourensanos. Vivir en una ciudad así tiene su morbo, y eso lleva a ser noticia por noticias raras, faltas de respeto y un montón de insultos gratuitos. ¡Nunca hubo capacidad intelectual en lo que insulta! o si lo tienes, si no lo quieres usar, es mucho peor. Cada día que pasa es preocupante que este modelo arraigue en nuestra microsociedad, como una normalidad, sin tomar en cuenta que aunque no exista delito, la falta de respeto y el espíritu de venganza en el ambiente huelen muy mal. Por eso algunos solo pueden soñar que esta situación no se vuelva a repetir, 


     No me atrevo a hacer un análisis en profundidad de los motivos por los que has llegado a esta situación. Ni los mejores especialistas recuerdan algo parecido (salvo en el caso de don Celedonio), ni creo que sea posible conocer todas las variables desde fuera, pero cuando puedo repasar con calma los argumentos que utiliza el grupo de gobierno en varios temas , tengo serias dudas de que partiendo de la sencillez se puedan gestionar con eficacia los intereses de los ourenses. No veo humildad en los concejales cuando tienen que responder a unas mociones, y todo el pleno se desmorona cuando la Alcaldía afirma que como no son vinculantes, no son necesarias. Eso es un lastre de profundidad al sistema democrático, porque entonces sobrarían todos los órganos colegiados de carácter consultivo. Deberían ser eliminados. 


     Finalmente, no deja de llamar la atención sobre muchas frases hechas e inventadas que no son ciertas. No podemos olvidar al pseudo-físico-matemático que quiso aprender todos los decimales del número π, que como todos sabéis, son infinitos. Buscaba la precisión absoluta en la medida de la circunferencia de radio tres, para intentar silenciar a los que razonaban con un número irracional. El caso es que siempre quiso tener razón, hecho que anula la pluralidad, la convivencia y el consenso. 



    Quedan unos meses para salir o quedarse en este laberinto; por eso, ya estamos en la precampaña para pedir a los vecinos que voten por todos aquellos que promuevan los valores humanos que nos definen como una sociedad ejemplar. Eso será votar sabiamente. Luego vendrán los pactos y eso siempre será un misterio sin resolver.

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