para evitar los pícnics de los turistas en la plaza

Santiago de Compostela, prohibe comer y beber en la Plaza del Obradoiro

NO ES UNA NORMATIVA NUEVA, PERO LA MAYORÍA LA DESCONOCEN
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      Imitando el modelo de Florencia y tras las quejas del Partido Popular, Raxoi ya prohibe probar bocado en el Obradoiro. Con el objetivo de evitar los pícnics de algunos turistas, el Concello ha comenzado a aplicar la normativa, impidiendo estas prácticas en la plaza. De este modo, la Policía ha comenzado a advertir a los viajeros, antes de comenzar con las multas


Santiago de Compos  MG 0068

Plaza do Obradoiro, Santiago de Compostela


     Ni bocadillos, ni cafés. El Concello de Santiago de Compostela (A Coruña) no permite comer ni beber en la Plaza del Obradoiro. No es una norma nueva. Pero en los últimos días la Policía Local está advirtiendo de ello a los turistas


      Son tantas las personas que se concentran estos días en la que es la plaza con más historia de la ciudad que se ha intensificado la vigilancia. La norma no permite ni comer bocadillos, ni sándwiches y, ni siquiera, tomar una fruta. De hecho, estos días los agentes han llegado a advertir a una mujer que degustaba una manzana mientras contemplaba la Catedral.


       El fin último es que la plaza no se convierta en una zona en la que hacer picnics o botellones, deteriorando la imagen del espacio y de un monumento que es Patrimonio de la Humanidad.


     El consumo de bebidas y de comida está, en realidad, prohibido en toda la ciudad siempre que “la acción del consumo pueda deteriorar la tranquilidad del entorno o provocar en él situaciones de insalubridad”, según recoge la ordenanza de convivencia, residuos y limpieza viaria.


  • Multa de 200 euros


   La multa a la que se enfrentan aquellos que no cumplan con la normativa es de 200 euros (100 si se paga por anticipado).


     Fuentes policiales aseguran que de momento se han dedicado, únicamente, a avisar a los visitantes de que existe esta norma municipal y que deben cumplirla. De momento, no se ha tramitado ninguna sanción por ello.


     En la plaza no hay carteles que adviertan de esta prohibición. Por eso, muchos visitantes se sorprenden cuando les avisan de que no pueden comer o merendar en la plaza.


  • Otras ciudades ya lo hacen


     Santiago sigue, de esta manera, el camino de otras ciudades europeas como Roma. En esta ciudad italiana, comer cerca de los monumentos históricos más destacados puede acarrear multas de entre 25 y 500 euros.


     Florencia es otra de las ciudades que también veta las comidas en su centro histórico. En 2018 allí se aprobó una normativa que contempla multas de hasta 500 euros para los turistas que coman y beban en la calle. El alcalde de la ciudad decía entonces que, con esta fórmula, buscaba acabar con los turistas “maleducados” e incentivar el consumo en los restaurantes de la ciudad. 



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