El tiempo

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CARNICERO 200 (2)

    Todo tiene un tiempo. Tiempo bueno y tiempo ruín. Tiempo de sembrar y tiempo de recoger. Tiempo de guerra y tiempo de paz. Por otra parte, parece que los tiempos malos tardan más en pasar que los tiempos buenos; y aunque sabemos que duran igual, no son el mismo . Eso hace que recordemos aquellas aulas en las que el maestro era una delicia y las horas pasaban muy rápidas. Por otra parte estaban los profesores que no preparaban las clases y aquello era interminable. Y los tiempos pasados, que nunca fueron mejores que los presentes ni lo serán, siguen estando vivos en nuestras mentes como una realidad no virtual.


Cada tiempo trae un reto que forma parte de nuestra responsabilidad como individuos, como ciudadanos y también como familias.

        Son estos tiempos de cambios los que dejan una profunda huella en las familias y en la sociedad. Primero la pandemia, luego las crisis económicas y finalmente los conflictos internacionales. La incertidumbre viaja con nosotros y los refugios son escasos o nulos, por eso los valores en los que las personas quieren descansar, llenan lo que pueden llenar, hasta que las certezas brotan como soluciones transitorias a otros tiempos que vendrán. Recuerdo con nostalgia aquellos que ya pasaron en nosotros y dejaron sus obras como expresión propia de un tiempo lleno de sinrazones. Con la advertencia de que todo lo que sucede puede volver, y con la enseñanza de que lo se ofrece sin coste, sale casi siempre, muy caro. 


      Muchas ideas tienen la virtud de ser muy buenas y al mismo tiempo muy difíciles de que la sociedad las maneje. Por eso, cuando son impuestas, pierden la condición de positivas y, con su carácter impositivo, hacen estragos. No pondré ejemplo alguno, porque cualquiera puede pensar sin esfuerzo en los extremismos que ahora llegan con fuerza para gobernar en los parlamentos de algunos países europeos. Creo que si algo hemos aprendido por la poca historia que percibimos, es que depende de nosotros que nos dejemos engañar por discursos populistas que hacen mucho ruido, y de los que queda poca sustancia. Los ciudadanos quieren libertad e igualdad de oportunidades. Y eso nunca puede estar garantizado por nadie pero en estos tiempos bien podemos saber de quien nada se puede esperar.


     La sabiduría de los pueblos está en sembrar para el futuro. Casi siempre escuchamos que hay que vivir el presente y dejarse de líos. Nada más lejos de la realidad, pues heredamos lo que otros fueron, y sufrimos las decisiones de los que en otro tiempo nos gobernaron. Esa es la razón por la que no debemos alejarnos de la vida política e influir en ella por caminos de educación y el respeto porque al final, como decía Serrat parodiando a Machado “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es, pasar haciendo camino...”. Cada tiempo trae un reto que forma parte de nuestra responsabilidad como individuos, como ciudadanos y también como familias. Y no queda otra que afrontarlo con dignidad.


34040 frase todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar pasar haciendo caminosantonio machado



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