Puerto de San Esteban, al fondo La Arena (Asturias)
Estos entornos asturianos del Bajo Nalón en los concejos de Muros de Nalón y Soto del Barco, el paisaje se convierte de sentimiento y evocación de historias singulares. Uno se encuentra a gusto pisando este territorio de viejas leyendas y esforzados pescadores de la angula. Y en San Esteban de Bocamar y en La Arena, las dos localidades sujetas a ambas orillas de la desembocadura del padre Nalón el ambiente cotidiano se transforma en una panorámica reconfortante y amistosa.
Angulas, de La Arena, en la desembocadura del Río Nalón, Asturias
Toda la población de estos guapos lugares pide a gritos la construcción de un puente que comunique esas márgenes nalonianas con la ría como convidada de piedra ante una demanda que no llega. Ambos pueblos se ven pero no se miran. Están uno enfrente del otro y siempre de fondo una rivalidad sana y compartida. Y en un plano secuencia visual, la belleza de este enclave marino y fluvial atrae al visitante que aprovecha para plasmar con su cámara esos instantes que se esfuman en un día pletórico de paseos y amistad.
Ría del Nalón, Asturias
Y entre rutas y disfrute paisajístico está el motivo gastronómico, parte fundamental de una jornada de asueto. En San Esteban de Bocamar antaño puerto carbonero conocido como el chiquito Londres por el ambiente mercantil y de imposible laboreo se puede uno dejar caer por el restaurante Puerto Chico para saborear el universo de los pescados y mariscos de la zona. En otra época el poeta Rubén Darío se embelesó de estos atrayentes rodales en unos veranos de ocio, pasión, pescaditos,
San Esteban de Bocamar, Asturias
En La Arena la vida transcurre feliz y tranquila. Los marineros se preparan para la faena cotidiana y otros esperan a la noche en este tiempo de invierno para lanzarse con sus barcazas y faroles en busca de la preciada angula, quizá la mejor del mundo. Y en el Restaurante El Sibarita está la mejor angula en sus diversos preparados aparte de suculentos pescados y ollas de potajes marineros.
Y uno de los más tradicionales locales para la manduca es Casa Zoilo el Parador en Muros de Nalón. Antigua parada de postas es actualmente una emblemática casa de comidas con la garantía de los productos bien elaborados. Los potajes y los pescados tienen aquí su carta de naturaleza. El pixín-rape- alangostado en tres salsas goza de fama regional y es un plato a tener en cuenta.
Pixin alangostado en tres salsas, plato estrella de Casa Zoilo
El cocinero titular y heredero de una saga culinaria, Zoilo, se encarga de que los menús estén a la altura marcada por sus ancestros. Y por estos lares el paisaje, el paisanaje, las tradiciones y la gastronomía conforman un turismo de nivel. Que es mucho.
Carlos Cuesta Calleja
Autor del texto y fotos
Comentarios