Peña Mea, y entornos de la Aldea Perdida
Vivir Pola es adentrarse en su paisaje y paisanaje donde sobresalen sus montañas egregias -Peña Mea y Peñamayor- que circundan la población conformando un bello anfiteatro natural que define con nitidez el entorno. Y en ese valle abierto y gentil, el río Nalón, ese Melsos romano que domina estos rodales de sentido y capricho geológico, camina antojadizo dejando impronta y recuerdos.
Plaza del Ayuntamiento de Pola de Laviana, Asturias
Palacio Valdés cuya casa natal alberga el Centro de Interpretación, que lleva su nombre, domina el sentido de la vida de esta población animada y animosa. Una de las sociedades culturales y gastronómicas que más trabaja por su terruño es La Pegarata y en su afán por dar rienda suelta a su entusiasmo está con un proyecto ilusionante que no es otro que un emotivo homenaje a Palacio Valdés con la puesta en escena de un grupo escultórico con las imágenes de los protagonistas de su novela más querida La Aldea Perdida, Nolo y Demetria. Pronto se exhibirá en la plaza mayor de la villa para mayor gloria de su paisano escritor.
Casa natal de Palacio Valdés y Museo del escritor en Entralgo
Pero Pola de Laviana con su equipo de fútbol el Real Titánico uno de los más legendarios de Asturias, 1912, se conoce en toda España por sus dulces ambrosías como son los bartolos. Una especie de barqueta hojaldrada y rellena de almendra marcona creados por el maestro pastelero Gersán Martínez en 1912. Toda una delicia para los amantes de la dulcería exigente. La pastelería nodriza Gersán y Confitería Conchi, entre otras tahonas de la zona, los elaboran con técnica y maestría insuperables.
Bartolos, pasteles emblemáticos de Puebla de Laviana
Se observa que ese año de 1912 fue un poco talismán para este poblado con vecindad unida y mucho apoyo a la cultura, la fiesta y al deporte. Señalar que el equipo de balonmano femenino de aquí quedó campeón de España en varias ocasiones en los años cuarenta y cincuenta, algo sorprendente para una villa de unos ocho mil habitantes.
Y si hablamos de ambiente culinario, por estos contornos del Alto Nalón sobresalen las carnes de cabrito y cordero, junto a los derivados del cerdo. El cabritu con patatinos y los corderos a la estaca son la esencia de estos reductos de agua, monte y verdor.
Cabritu, con patatinos. Plato típico de Laviana. En marzo se celebran unas jornadas gastronomicas
En los restaurantes La Pomarada, Canzana, El Pintu, La Mina, La Chalana, La Casona de Entralgo, Parrilla los Panchos, en Muñera o Sidrería Nalón, se pueden probar productos de la zona con el marchamo de la calidad, y si es época de cinegética, los sabores de la caza están presentes en las diferentes casas de comidas para disfrute de los comensales.
Los embutidos Alto Nalón,asimismo,son bocados esmerados que definen la calidad de un territorio viejo, resuelto y heroico.
Pote asturiano. Un plato que no falta en las mesas de Laviana
Y en esta Pola de amor, afecto, bienquerer y filantropía, los olores y los sabores de la tierra están suspendidos en el aire como arte de magia, algo que llama la atención a los muchos visitantes que se dejan caer por este enclave singular e interesante.
Armando Palacio Valdés y otros personajes sobresalientes de este solar ya hicieron patria otrora de las peculiaridades de este rincón con toques de paraíso.
"Con alegría observo que Laviana, cual dormida crisálida, rompe su envoltura de ignorancia y se lanza mariposa a los espacios"... Gentes de raza despierta. Lo apuntó hace tiempo Armando Palacio Valdés.
La remembranza del escritor local sigue presente por estos pagos nalonianos y los bartolos ajustado postre que engancha a cualquiera con un paladar notorio y sencillo.
Y si el personal busca bulla y convivencia, el último sábado de Agosto se celebra un Descenso Folklórico en el río Nalón. Único y espectacular. Y fiesta de interés turístico nacional. Casi nada!
Carlos Cuesta,
Texto y fotos
Acertado artículo de Laviana.
Gracias Carlos por tener siempre presente a tu Laviana del alma.
Has conseguido excitar mis ganas de volver por Pola, y también el apetito hasta con quejidos triperos. Este de manera feroz
Enhorabuena Carlos.
Escribe tu comentario