No dudo de la independencia judicial

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Sobrado 189X 200

     En los últimos tiempos se está debatiendo sobre la independencia o no independencia del poder judicial. Cuando me refiero a poder judicial hablo de los jueces que son quienes constituyen y ejercen dicho poder.


     No hay ninguna duda de que los jueces son independientes, quizás demasiado independientes. Cabe preguntarse ¿Quién controla al controlador? Son independientes de decidir lo que estimen oportuno, fundamentalmente por ser inamovibles hasta su jubilación. Cuando se les pregunta sobre su independencia, todos y cada uno de ellos la proclaman con énfasis. Por regla general afirman no haber sufrido presiones, ni influencias. Pero esas manifestaciones no se ajustan del todo a la realidad actual. A través de los medios de comunicación y de las redes sociales se evidencia todo lo contrario, en lo que hace relación a las presiones. Negar la existencia de dichas presiones es negar una realidad constatable. Cuestión distinta es la influencia que esas presiones puedan ejercer sobre ellos, lo que obviamente nunca sería confesable.


     Con relación a las influencias, también pregonan que no les afectan. Con esa postura intentan de modo sutil aparentar ser una suerte de semidioses. Sin embargo, esta aseveración no es convincente, porque, aun a su pesar, son personas humanas como el resto de los mortales a quienes nos influye el medio social, la familia, las amistades, los conocidos, así como la ideología política o religiosa, etc. Esas influencias, de existir, es embarazoso que alguno de nosotros las confesemos.


    Que la independencia judicial existe, no me cabe ninguna duda. Otra cosa es el nivel y el contenido de la independencia del poder judicial. Según la evaluación de la Comisión Europea, en su último informe ha determinado que el nivel de percepción de la independencia judicial ha bajado respecto a 2020, sólo un 38% de la población considera “bastante bueno” el nivel de independencia de los órganos jurisdiccionales y de los jueces.


      Con relación a esta percepción de la ciudadanía los jueces deberían tener en cuenta el dicho popular que dice: “cuando el río suena, agua lleva”. Pero continúan inactivos, se limitan a soflamas de independencia, sin tomar otras acciones o decisiones al respecto. Se empeñan en sostener el manido discurso culturalista que está totalmente trasnochado y alejado de la realidad presente. La sociedad actual no es la sociedad agrícola, sin formación y desinformada. La sociedad coetánea está formada por una comunidad diversa e informada que se hace y reinventa todos y cada uno de los días. Ante esta realidad no se puede adoptar una posición autista. Hay que dar una respuesta eficaz para mejorar esa percepción de la independencia judicial.  Y hay que actuar porque la independencia judicial está en relación directa con la imparcialidad. Y la imparcialidad es el elemento fundamental para la aplicación correcta del derecho y para impartir una justicia de calidad.


     De cualquier modo, tristemente, quien debería dar ejemplo es quien ostenta la más alta magistratura de la carrera judicial como Presidente del Tribunal Supremo y quien preside el Consejo General del Poder Judicial. Pero, sin embargo, está dando un lamentable espectáculo del uso de su independencia. En ese mismo escenario están el resto de vocales, que no han tenido la gallardía y el salero de dimitir. Efectivamente en este país es difícil que la gente dimita de un cargo, sobre todo bien remunerado.  Tengo que recordar aquí alguna de las razones que lo impide y es parte de la carta que “Perniñas”, Antonio García Nóvoa en 1909, mi paisano ourensano en “Todo de Ocasión”, le dirigía a Felix Ugarte al cesar en el cargo de concejal, “…Toda esa vida oficial para mí se ha concluido, y aunque con “ex” de añadido vuelvo a ser simple mortal…” Digan lo que digan, esa postura es en apoyo de las aspiraciones de un determinado partido político. Y ello con la finalidad de conseguir mantener una mayoría conservadora en el Consejo.  Y, como no seguir en el cargo, con la remuneración y prebendas que conlleva.


  • Para ver el texto completo de la Carta de "Perniñas" a Felix Ugarte pulsar AQUÍ


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