Desde su atalaya atrapada en impresionantes cantiles enganchados al mar Cantábrico la visual que se observa, en amplia panorámica, es de una belleza cautivadora.
Cabo Peñas, Asturias
En los alrededores del cabo, praderías imposibles con rebaños de vacas lecheras y de carne. En este lugar del concejo de Gozón, cuya capital es Luanco, las ganaderías vacunas tienen carta de naturaleza ofertando materia prima insuperable. Y aquí mismo se encuentra el nombrado Faro de Peñas con su museo del medio marino que supone una visita obligada para conocer de cerca el ecosistema de este rodal emblemático.
Faro de Peñas, Cabo de Peñas, Asturias
Y aproximarse a Peñas por carretera estrecha bien cuidada y ganada en curvas es vivir una experiencia inolvidable por las maravillas naturales de estos contornos asturianos con infinidad de caminos y sendas para recorrer con el ánimo del ilustrado o el turista accidental.
Panorámica, desde el Cabo de Peñas, Asturias
Y tras el itinerario del paseante, un alto en el camino para encontrar la paz y el descanso sosegado en la terraza bar Cuatro Vientos. Un chiringuito con casi sesenta años de existencia suspendido en los acantilados y con unas vistas envidiables del popular Cabo Peñas y otros salientes hermanos como el Cabo Vidío o Cabo Busto. Un paisaje marino que gusta a todo el visitante que llega a estos confines de sabor a salitre y roquedales con vida y olor vegetal.
Terraza del Bar Cuatro Vientos,
Y en Cuatro Vientos productos regionales y especialmente del mar Cantábrico. Picoteo abundante y selecto destacando sus parrochas y los calamares frescos de potera, todo ello bien frito en aceite cuidado de oliva virgen. Servicio esmerado bajo la batuta de Dani un joven cocinero candasín que apoya en tiempo estival a la cuadrilla de servidores en interior y terraza. Está previsto remozar este establecimiento para dar un mejor servicio y comodidad a los muchos visitantes que buscan disfrutar de un local estratégicamente situado con un panorama espectacular.
Calamares de potera, bar Cuatro Vientos, Asturias
Y por estos contornos de Gozón el verdor junto al mar es el panorama que se contempla. Los turistas accidentales y los lugareños se animan con todo el espectáculo que tienen ante sus ojos. Y camino a Luanco nos encontramos con diferente restaurantes y casas rurales, pero un lugar que merece la pena una parada larga es Moniello. Área recreativa muy singular con un restaurante bar muy recoleto.
Area de Moniello, Asturias
La calidad de sus propuestas y la amabilidad de sus gestores son realidades que llaman la atención del respetable. Croquetas de jamón ibérico y langostinos en tempura y salsa cítrica de ali oli, amén de otros platos de la cocina regional resultan memorables, sin olvidar las marañuelas, dulces locales que son la esencia de estos pagos.
Crocretas del Bar Moniello
Y para bajativos nada mejor que probar los selectos combinados de Débora y el detalle en el servicio de Luis, el jefe supremo. Los domingos estivales música en vivo, pero el resto del año, en fines de semana, el ambiente que se respira en este tranquilo parque marino de cara al Cantábrico supone una terapia especial para cuerpo y mente. La energía de este reducto reporta paz, ánimo y vida. Y ahí reside la fuerza espiritual de este sitio tan especial.
Combinados, del Bar Moniello
Todo el perímetro del Cabo Peñas es paisaje afectivo con sus playas y su costa atrayente. En el arenal de Bañugues se encuentra el Chiringuito Mi Candelita, una arrocería con toque mediterráneo que trabaja muy bien este cereal tan valenciano. Varios tipos de arroces con la variedad bomba entre fogones. Casa Máximo y Los Campos son otros locales públicos donde mandan los pescados y los mariscos. Y vivir estos rincones del Cabo Peñas, con su paisaje protegido, es imbuirse de placer, agrado, solaz,
Carlos Cuesta
Textos y fotos
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