Justicia de suposición y presunciones

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Sobrado 189X 200

    Cuando estaba vigente el servicio militar en España se decía que: “al soldado español el valor se le supone”. Y ese dicho tenía justificación porque España es un país muy dado a las suposiciones. Y como no, también en el caso de la Administración de Justicia.


    Se supone que, para acceder por oposición a judicatura, basta con ser graduado en derecho sin que sea necesaria otra formación o experiencia.


     También se supone que quien sea capaz de memorizar los 325 temas del temario de la oposición, no sufre ningún riesgo psicológico, ni cualquier otro trastorno pese a tener que soportar un proceso memorístico durante una media de cuatro años.


     Se supone asimismo que quienes integran el tribunal de oposición también se saben de memoria los 325 temas que integra el temario.


     Idéntica suposición alcanza a la presunción de que por el hecho de cantar los temas de la oposición en el tiempo establecido es conocedor y está en condiciones de argumentar sobre todas las ramas del derecho.


     Suponemos asimismo que el paso por la Escuela judicial, en la que no se conocen suspensos, habilita para la práctica del amplio y complejo mundo del derecho, a pesar de que cada vez más exige una especialización.


      Y puestos a suponer, también suponemos que el tutor con el que realiza las prácticas el juez de entrada tiene las cualidades docentes adecuadas y presta la atención suficiente al pupilo para adiestrarle en la práctica del complejo y extenso mundo del derecho, civil, penal, laboral o administrativo.


     Puestos a suponer, suponemos también que finalizadas las prácticas el juez de entrada está capacitado para resolver sobre cualquier tipo de asunto, en principio penal o civil, pues suele acceder a un Juzgado mixto.


     Otra suposición es que como carece de antecedentes penales es una buena persona y reúne las condiciones éticas y morales para juzgar sin que se preciso someterle a ningún examen psicotécnico.


     Se supone también que por el mero transcurso del tiempo el juez de entrada debe acceder a la condición de magistrado.


      Se supone asimismo que, aunque la tendencia es a volver a sus ciudades de origen, esto no va a influir, ni suponer una presión para los más veteranos.


      La suposición con más enjundia es la relativa a los jueces sustitutos, bastante abundantes, que no son jueces de carrera y sustituyen a aquellos, ejerciendo unas veces en lo civil, otras en lo penal o en lo administrativo o social. En el caso de estos la suposición carece de antecedentes y de límites, suponiendo que emitirán sentencias con una calidad suficiente.


     Curiosamente a nadie se le ocurriría colocar de enfermera a una auxiliar o de traumatólogo o neurocirujano a un recién licenciado en medicina. Pero la administración de justicia es supuestamente diferente.


     Estas son algunas de las suposiciones relativas a quienes imparten justicia en nuestro país. Pero ahora mismo se está debatiendo mucho sobre la politización y a este respecto conviene traer a colación algunas presunciones.

Hay que dejarse de suposiciones y presunciones e ir a hechos concretos y verificados

     Se presume que los jueces, aunque obviamente tienen ideología política, esta no va a repercutir en sus resoluciones de ninguna manera.


      Se establece la presunción de que las asociaciones judiciales no tienen vinculación con los partidos políticos, cuando resulta evidente por hechos notorios que son vox populi.


      También se presume que, si los jueces eligen a los integrantes del Poder Judicial, va a desaparecer la politización, cuando quienes tendrán el control de los candidatos electos y elegidos van a ser las asociaciones profesionales bien definidas políticamente.


      Estas son algunas suposiciones y algunas presunciones. Si el lector llega al final, seguramente que se le ocurrirán muchas otras o podrá extraerlas de su propia experiencia.


      Personalmente pienso que hay que dejarse de suposiciones y presunciones e ir a hechos concretos y verificados. Menos suposiciones y presunciones, pues de eso ya estamos un poco hartos. 

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