Es uno de los entornos más atractivos y animados de la provincia de León. El Alto Esla, por su geografía intensa y variada es recorrido cada vez más por los amantes de la naturaleza y los paisajes abruptos y bellos. Desde Riaño con su pantano emblemático hasta Cistierna, pasando por Crémenes y Sabero, el viajero accidental se va a encontrar con un territorio boscoso y verde donde el río Esla, el Astura prerromano, va a conformar presencia y dominio geográfico en una zona rodeada de imponentes montañas, junto a robles, pinos y sabinas.
Embalse de Riaño, León
Estos lugares de la montaña leonesa son portadores de leyendas y testigos de una historia cargada de razón y esencia
Los vadinienses, una legendaria tribu celta, tuvieron aquí sus aposentos con la marca indígena de los astures. Castros y vestigios de aquellas épocas están repartidos por estos enclaves de agua y viento norteño. Y un ejemplo es el pueblo montañés de Lois con diferentes lápidas de aire prerromano. Y en este altozano rodeado de un bello anfiteatro de montes por donde discurre el arroyo Dueñas se encuentra la poderosa y llamativa catedral de la montaña, un templo excesivo para el perímetro de este pueblo donde habitan unos veinte vecinos. Esta Iglesia de notable envergadura fue construida en 1764 con los favores del obispo de Tuy - Pontevedra, Manuel Rodríguez Castañón, hijo de este caserío y gran mecenas para su lugar de nacencia.
Fachada de la Catedral de la montaña leonesa, en Lois
En Lois abundan las casonas hidalgas con blasones y apellidos influyentes como los Álvarez, Reyero, Castañón o Velasco, entre otros patronímicos de alcurnia. Y en el camino hasta Cistierna por la carretera general abundan las playas fluviales y pequeños oasis junto al esplendoroso Esla y un ejemplo es el reducto acuático de Alejico, zona de asueto y práctica de deportes de aventura.
Zona de Baño, del alto Esla (León)
Las rutas montañeras y de senderismo están repartidas por todo este enclave con mucha participación de aficionados, lo mismo para las bicicletas de montaña. Y en un alto de Cistierna, en la falda de Peñacorada, en medio de un pinar, debajo de un roquedo calizo y en el borde de un barranco, es visita obligada la Cueva-ermita de San Guillermo, un eremita del siglo XI que dejó huella cristiana por estos pagos de la Cantabria Leonesa.
Cueva-ermita de san Guillermo, en Cistierna
Sabores, olores y frondosa vegetación de una tierra convencida de su futuro
En el aspecto de la gastronomía es precisamente en la villa de Cistierna donde se encuentra el más granado restaurante de la zona. La Camperona, dentro del complejo hotelero Puerta Vadinia, oferta calidad y notables ambrosías de la despensa leonesa y nacional. Su mentor y cocinero Dani Ferreras apostó con firmeza por este proyecto y lleva tres años al pie del cañón con propuestas de nivel en una cocina tradicional de mercado. Sus mollejas de ternera en salsa leonesa con el pimentón exigente o sus manitas tocadas con langostinos rayan al sobresaliente, amén de otros platos de enjundia coquinaria.
Manitas con langostinos y mollejas a la leonesa, dos recomendable suculencias del restaurante La Camperona, en Cistierna
En Argovejo, cerca de Crémenes, el bar mesón El Salón oferta platillos sencillos donde el picoteo informal gusta al respetable con una tortilla de patata y setas de San Jorge por encargo que causa sensación sápida, junto a la rica chacina de la zona. Charo y su hijo Marcos se encargan de la orientación pertinente. Y en este pintoresco pueblo se elaboran, quizás, las mejores pastas de nata y mantequilla de toda la provincia. Sólo hay que preguntar por el Obrador...
Una selección culinaria de la oferta del Mesón El Salón, de Argovejo (León)
También en el plano dulcero mencionar los sabrosos lazos hojaldrados de San Guillermo de la confitería cisterniega Montañés.
En suma, son muchos los tesoros que se pueden descubrir en estos rodales del Alto Esla donde el agua, el arbolado, la hospitalidad local y las formidables panorámicas de atalayas como las Fuentes de Peñacorada están abiertas para vivir un turismo cercano y preñado de emoción. Y todas estas sensaciones se pueden encontrar en modo culinario y parlamento popular en la casa de comidas La Única en los aledaños de La Ercina.
Las Fuentes de Peñacorada
Texto y fotos
Carlos Cuesta, periodista de turismo
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