Galicia y Ourense no merecen un AVE ‘lowecost’

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Jacinto Seara 202

Ourense necesita que las modificaciones que se hacen en la vía ferroviaria para la llegada de alta velocidad se aprovechen para mejorar la ciudad y no solamente para que los trenes sigan parando en la estación Empalme. En la actual estación sobran miles de metros cuadrados que está desaprovechando ADIF y que deberían de revertir a la ciudad, trasladando todo lo que se utiliza para las mercancías (que allí mueven el equivalente a un vagón diario) al Polígono de San Cibrao, así como todo lo que tiene subarrendado a terceros sin relación con el tren. Esa actitud de ADIF/ministerio llevó a constreñir a un lugar inaudito la estación de autobuses y a que se siga cuestionando la permeabilidad de las dos zonas de A Ponte que hoy están cercenadas por las vías.


Después de gastar (a mi juicio sin una razón poderosa) más de 100 millones en acondicionar y electrificar el trazado entre Taboadela y Ourense, ha de hacerse una variante entre esas dos localidades para que los 16 km que las separan no sean el único tramo desde Madrid que se quede sin ser alta velocidad, además de enormemente peligroso.


Desde que los empresarios ourensanos plantearon la necesidad de esta variante (año 2006) hubo tiempo de inaugurar el AVE con ella ejecutada y sin malgastar, repito, en el acondicionamiento. Cuando se esté construyendo la variante (con suerte terminada para 2026) sería necesario volver al soterramiento de las vías en la estación (Foster preveía semi-soterradas) con lo cual se consigue la total permeabilidad con la prolongación/enlace de la calle Rey Soto, sin necesidad de hacer un vial elevado y el criticado murallón. La urbanización de las hectáreas sobrantes, las dotaciones para A Ponte y un vial aprovechando el actual trazado, completarían un verdadero aprovechamiento para la ciudad. Es técnicamente posible y económicamente menos costoso que lo proyectado.


Aún estamos a tiempo de que llegue a Ourense el AVE soterrado (sólo en la estación), que dejaría miles de metros cuadrados libres; sería la apertura y el engrandecimiento que Ourense necesita para una ciudad del siglo XXI, eliminando barreras, dando una comunicación digna y pudiendo hacer en el terreno liberado un pabellón de deportes, zonas de recreo y por supuesto vías de comunicación que tanto se necesitan. Ourense, con el soterramiento, sería realmente el nudo de donde partirán los trenes AVE para A Coruña, Lugo, Santiago y Vigo. Un soterramiento que Vigo en la estación de Vigo-Urzaiz ya lo tienen. El coste no varía prácticamente nada y las ventajas no serían sólo la de una comunicación rápida con Madrid sino la posibilidad de poder contar con una ciudad del siglo XXI. Es una de las esperadas soluciones para que Ourense pueda crecer y no desaparecer, pero también para Galicia con comunicaciones en todos los sentidos. Añadiendo la realidad de ser el verdadero centro del AVE gallego. Muchos reclamaron esto en más de una ocasión, y ahora quiero recordarles que podemos como ciudadanos pedirlo y que todos los partidos políticos, junto a la Xunta, lo reclamen.


La Variante Exterior de Ourense, según recoge el proyecto de Presupuestos Generales, no estará finalizada, al menos, hasta 2024, con una inversión prevista de 585 millones. Si le añadimos 103 millones actuales son 688 y se podría soterrar (con menos impacto ambiental).


Fue el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, el que tras sembrar dudas sobre la construcción de la variante, confirmó el compromiso del Ejecutivo de Rajoy con su ejecución, pero dejó claro que la llegada de la alta velocidad no se podía condicionar a su finalización, por lo que era imprescindible encontrar una salida temporal (espero que lo temporal no sea definitivo). Esta pasará por una adecuación integral de la línea actual, implantando el ancho de vía estándar (el utilizado por los trenes AVE) entre Taboadela y la estación que convivirá con el ibérico, ahora en funcionamiento. Solo esta actuación supondrá una inversión de algo más de 28 millones. Se nos dijo que para finales de 2022... no lo creo.

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