Lo que estamos viviendo es mucho más que lo reflejado por George Orwell en 1984 (editado en 1964), aunque él pensó, y así lo dijo: “No creo que la sociedad que he descrito en 1984 necesariamente llegue a ser una realidad, pero sí creo que puede llegar a existir algo parecido”. Colaborador de los republicanos en la Guerra Civil durante un año y medio desde 1936 a 1937, lo que al margen de estar herido en el frente republicano en Aragón, le permitió escribir ‘Homenaje a Cataluña’, para después de vencido el nazismo y tras visitar diferentes países escribir ‘Rebelión en la granja’ que con la citada 1984 describe un mundo totalitario, del mismo modo lo hizo su maestro Aldous Huxley (Un mundo feliz), que con Ray Bradbury (Farenenheit 415) son unos de los escritorios ‘distópicos’ y ‘antiutópicos’ del siglo XX.
George Orwell no es nada sospechoso, quizás más que distópico, que lo es, ha sido como los otros autores citados un visionario del futuro y describe lo que estamos viviendo, así escribió “quién controla el pasado controla el futuro. Quién controla el presente controla el pasado”. Por lo que estamos asistiendo dialécticamente, y espero que no se sobrepase la línea roja, a “la guerra es la paz, la libertad a es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza”.
Se está cumpliendo lo que predice: “el lenguaje es adulterado por el poder para distorsionar los hechos, o más exactamente, para crear una nueva realidad artificial”. Es lo que pretende el Nuevo Orden, como ya he escrito en otras ocasiones, así la variación normal del clima que se ha producido en todas las épocas ahora es ‘cambio climático’ o ‘emergencia climática’, otro ejemplo es el “lenguaje inclusivo’. Concuerda con “Hacia el 2050, quizás antes, habrá desaparecido todo conocimiento del viejo idioma efectivo. Toda la literatura del pasado habrá sido destruida. … los slogans serán otros ¿cómo vas a tener un slogan ‘la libertad es la esclavitud’ cuando el concepto libertad no exista?“.
Recordemos “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”. ¡Seamos revolucionarios en ese sentido!, porque como dice Orwell “lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano”. No dejarnos llevar por el odio, seamos humanos y venceremos.
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