José Manuel Rodríguez

La inercia de los vinos de la Ribeira Sacra es envidiable. Ni siquiera la pandemia ha conseguido detener del todo el crecimiento de una Denominación de Origen que atrae cada vez más miradas en todo tipo de mercados. Hablamos con el presidente de su consejo regulador, José Manuel Rodríguez, sobre los resultados del año pasado y sobre el respaldo que puede suponer para las bodegas el probable reconocimiento del territorio como Patrimonio Mundial en 2021. 

Entre el 1 de agosto de 2019 y el 31 de julio de 2020 las ventas de vino de la Ribeira Sacra subieron un 8%. En un año tan lastrado por la pandemia, ¿cómo se explica este incremento?

La nuestra es una denominación en crecimiento. El COVID empezó después de navidades, la época anterior el vino de la Ribeira Sacra tuvo una subida importante, que compensó la bajada que hubo con la pandemia. Aunque también es verdad que nuestra denominación fue de las que menos bajó, la mayoría del mercado está en manos de bodegas muy implantadas en alimentación y exportación. La incidencia fue mucho menor que en otros territorios.

Entiendo que la gente respondió, escogió para sus hogares los vinos de la Ribeira Sacra.

Alimentación creció un montón. Pero claro, había que estar ahí implantado. Hubo gente que no estaba en esos mercados y trató de entrar, pero hasta que la gente empieza a valorarte y a comprar tu vino pasa un tiempo. Esto no es como comprar un agua, que si no tienes una compras otra.

Aún así, imagino que la hostelería se echa de menos... 

La echamos de menos los consumidores y el sector en general. Sobre todo las bodegas pequeñas y medianas, en las que es prácticamente su único mercado. Este tipo de bodegas son las que lo están pasando realmente mal.

Más allá de las circunstancias concretas de este año, ¿la tendencia de la exportación es positiva?

Sí, de hecho hubo algunas bodegas concretas que en medio de esta pandemia en vez de bajar consiguieron subir en exportación. Los datos generales son razonablemente buenos, esperemos que la situación mejore y podamos volver a los niveles de crecimiento que teníamos antes.

¿Cree que a la hora de exportar el vino, de que lo demanden desde fuera, puede ayudar esa candidatura de la Ribeira Sacra al Patrimonio Mundial?

Sin duda alguna. Que hablen de ti en positivo, te da una presencia en mercados y plataformas que hasta este momento no estaban. Eso ayuda. Los productos hay que visibilizarlos y darlos a conocer, cuanto más se visualicen más posibilidades tienes.

Navegando por el río sil, entre los cañones, donde se pueden contemplar viñedos en sus laderas que forman parte de lo que se conoce como Viticultura Heroica (foto: Antón Alonso)

¿Cuál es el sentir generalizado de los bodegueros de cara a la declaración? ¿Es algo deseado o despierta algún tipo de suspicacia?

En general es positivo. Este territorio los últimos años ya tiene todo tipo de controles en el paisaje. Somos Red Natura, espacio natural protegido… Patrimonio poco más viene a ocasionarnos con respecto a las normativas que ya tenemos. No hay una mayor incidencia, ni temor a ningún control.

Este es un territorio extenso, con una incidencia de gente que viene a visitarnos importante, que hace que funcionen otras ciudades del alrededor porque muchas veces no tienen sitio para alojarse en la Ribeira Sacra. Estamos en crecimiento, cada día siendo más conocidos y reconocidos. Hay que trabajar día a día. Si empieza a verse que hay cada vez más necesidad de alojamiento, se montarán hoteles, casas de turismo rural, restaurantes… Lo importante es que venga gente. A veces se tiene miedo a la masificación, pero… La gente decide a donde va con su dinero, tú lo que tienes es que darle las facilidades para que aproveche el territorio. Hay múltiples formas y maneras. Lo importante es que consigas que la gente venga a tu territorio y cuando se marche se vaya contenta.  

¿Toca redoblar la apuesta por el enoturismo?

Ya se está haciendo, el enoturismo ha tenido un crecimiento exponencial. El consejo lleva años trabajando en esto, llevamos mucho tiempo metiendo dinero y potenciando la Ruta del Vino. Sabíamos que era una herramienta imprescindible para un territorio como el nuestro. Hoy hay más de 90 establecimientos acogidos a la Ruta del Vino, muchas bodegas que tienen visitas... De hecho hay bodegas que sacan una parte importante de su vino de las visitas… Es importante sobre todo si tenemos en cuenta que el turismo es creciente en la Ribeira Sacra, que es un turismo de paz y tranquilidad, en el que el turista se gasta el dinero en una calidad de vida importante. 

También se ha conseguido mantener eventos como la feria del Vino de Amandi, que finalmente se celebrará en diciembre con un nuevo formato.

Se hace de una forma diferente, dirigida hacia profesionales del sector, con un formato con control de gente. Hay que adaptarse a la realidad que tenemos y estar ahí. No vale taparse la cabeza y decir “se acabó todo”. Para grandes problemas hay que buscar grandes soluciones. 

Ribeira Sacra, Meandros del Río Sil, en A Cubela, del municipio de Ribas de Sil