¡Hasta siempre José Ramón!

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JR PEREZ NIETO R

Querido compañero, te has marchado con tu natural espíritu combativo como has acreditado suficientemente a lo largo de tu vida y lo has hecho, hasta el final sin desfallecer. A quienes te conocíamos desde la niñez, no nos resultó extraño en absoluto, sabíamos que nada menos habríamos esperado de ti.


Desde la subjetividad que concede la condición de compañero del colegio desde la infancia, haber sido colegas en alguna de las pandillas de El Parque y contrincante en los guateques, se hace preciso señalar que tu vocación empresarial y el amor a la familia, ha sido la seña de identidad que te ha caracterizado. Si a ello le sumamos tu caballerosidad, vemos como tu personalidad se enraíza en la de las grandes figuras que ha proporcionado nuestra sociedad.


Eres fiel reflejo de nuestros ancestros, astilla de buen palo que fue tu padre D. Ramón. Y como alumno Marista, no sé si lograron convertirte en un buen cristiano, pero de lo que estoy seguro, es que hicieron de ti un honrado ciudadano, sabio y socarrón, como lo eres tú.


De ahí que nos has demostrado con creces, que eres un excelente empresario, y un líder significado de la unión empresarial. De ello puedo dar fe, por haber coincidido contigo, tú como tesorero y yo como contador en la tristemente extinta Cámara de Comercio; institución en la que seguiste siendo, magnífico compañero y extraordinario representante empresarial.


Tampoco te fueron ajenos los problemas sociales, pues has estado dispuesto siempre que los percibiste o te lo han demandado. Nunca miraste para otro lado.


Te has ido en cuerpo, pero has de saber que tu espíritu y enseñanzas quedan entre nosotros. Por ello ¡Hasta siempre compañero José Ramón!

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