La aceleración del cambio

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Fernando Gonzalez

Cuando uno recuerda las mentalidades y costumbres sociales de los años 90, y las compara con las actuales, puede atreverse a manifestar que estamos viviendo una rápida aceleración del cambio en muchos aspectos de la sociedad presente. El problema surge cuando en la mayoría de las ocasiones, notamos que cada vez tenemos menos tiempo para adaptarnos a las veloces transformaciones que ocurren a nuestro alrededor. 


      Un claro ejemplo de ello, lo observamos en los adelantos tecnológicos a lo largo de la Historia, en donde durante la Edad Antigua y Edad Media se necesitaban varios siglos para que las civilizaciones los adaptasen a su funcionamiento habitual. Desde el Renacimiento hasta finales del siglo XX, se pasó de muchas décadas a una sola. A día de hoy, la mayoría de estos avances sólo necesitan un lustro. Sabemos que estos se logran asentándose en los anteriores, lo que facilita un crecimiento exponencial. Por lo tanto, en pocos años, muchos de ellos se conseguirían en uno o dos. Esta acelerada implementación de las innovaciones tecnológicas en la sociedad, también influye positiva y negativamente en una cada vez más rápida transformación de las maneras de entender la vida y las relaciones sociales de las diferentes culturas que componen nuestro mundo del siglo XXI.


      Lo arriba relatado, trae como consecuencia que las mentalidades de las generaciones actuales de abuelos, padres e hijos sean mucho más diferentes entre sí que las anteriores. Asimismo, no es fácil adecuarnos satisfactoriamente a muchas de las vertiginosas pautas cambiantes de las relaciones sociales y maneras de entender la vida en las diferentes culturas de nuestro mundo. Consecuencia de esta dificultad, son los sentimientos de soledad, ansiedad, incertidumbre, temor y desconfianza que en algunas ocasiones afloran en nuestra alma.


      Debemos aprender a saber priorizar cuales son las adaptaciones más necesarias en nuestras circunstancias de la vida, desechando aquellas más superfluas, y siendo conscientes sobre la importancia de cuidar nuestra salud mental, en una nueva década  pandémica que refleja un incipiente aumento de los trastornos psicológicos en la población mundial.

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