La primera cooperativa vinícola de Galicia (Primera parte)

La cooperativa de Leiro (1935-1968)

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Introducción:

Las primeras cooperativas en España aparecen a mediados del siglo XIX y surgen ligadas a la aparición de las mutualidades obreras. En 1910 existían en España sólo 589. En 1927 se plantea un anteproyecto de ley que regule esta forma de economía solidaria que fue defendido por periódicos de las organizaciones agrarias locales de la comarca del Ribeiro como una fórmula idónea para garantizar al pequeño campesinado la comercialización de su producción sin intermediarios. Por desgracia los sindicatos agrarios fueron incapaces de organizar una cooperativa con los cosecheros más acomodados de la zona para proteger la economía de los pequeños productores. Por lo tanto, en el Ribeiro se mantuvo el sistema tradicional de comercializar el vino por vía de la intermediación de los corredores locales sin que surgiesen cooperativas vinícolas para vender directamente la producción.


La ley de Cooperativas del 9 de septiembre de 1931 fue elaborada por expertos de muy distintas ideologías en el seno del famoso Instituto de Reformas Sociales por estudios del año 1925. En ella se ha inspirado la gran mayoría de los países, tanto europeos como sudamericanos.


La viticultura del Ribeiro se enfrentó a una difícil situación durante los cincos años de la República, sufriendo importantes pérdidas de mercados exteriores, que provocaron una superproducción relativa y el aumento de la competencia del matute en el mercado gallego. El resultado fue: caída de los precios, escasez de trabajo a jornal y aumento de la conflictividad social. Esto se debe a la incapacidad de las asociaciones de viticultores en promover un proyecto cooperativista, que hiciese competitivas sus explotaciones y aumentase su peso político. Las experiencias concretas de cooperativismo fueron escasas, al igual que en el resto de Galicia, porque chocaban con los intereses de diversos sectores que controlaban la comercialización del vino.


Una de las causas de la escasa aplicación de la Ley de Cooperativas de 1931, aparte de las políticas, es que los Sindicatos Agrícolas preferían más la Ley del 28 de enero 1906. Durante la guerra civil se publicó una Ley de Cooperación el 27 de octubre de 1938 de carácter provisional, manteniendo en su esencia la ley de 1931.


La crisis vitivinícola del Ribeiro


En el año 1934 la preocupación en la comarca del Ribeiro respecto a la situación del mercado del vino era extremadamente preocupante y angustiosa: el vino no se vendía (el 85% de la vendimia del 33 y el tinto desde el 29 seguía almacenado) o se vendía a precios que no llegaban a cubrir los costes del cultivo. Además la dependencia del monocultivo no permitió un desarrollo paralelo de cultivo de maíz, patatas, trigo u otros frutos para paliar el hambre en la mayoría de los hogares. Tampoco facilitaba la situación la importación de vinos de Valencia, El Bierzo o La Mancha que se vendía luego falsamente como Ribeiros artificiales a precios por debajo del mercado. Por parte del gobierno incluso se meditaba arrancar las vides y sustituirlas por tabaco, ofreciendo cursos a través de los sindicatos agrarios de la comarca del Ribeiro a personas interesadas. Sin embargo, varias campañas de prensa, y la tenaz insistencia de los técnicos de viticultura y enología procedentes de Cataluña y Madrid, apostaban por la unión de los viticultores vía el cooperativismo. A mayores defendían la inmediata creación de una Estación o Centro de Viticultura y Enología para enseñar a los agricultores como defenderse.


Durante el año 1934 recorren la provincia de Ourense los ingenieros agrónomos Francisco Jiménez Cuende, Juan Marcilla Arrazola y Claudio Oliveras Massó para formar a los viticultores en los últimos avances de la enología y viticultura. A parte de las clases técnicas insisten también en las ventajas de agruparse en cooperativas, subrayando que con el individualismo no se va a ninguna parte y además se resalta en las campañas de prensa:

En primer lugar, podríase conseguir más fácilmente créditos del Estado, o casa bancaria, para la construcción de bodegas, envases, compra de maquinaria etc; segundo, aprovecharíanse los residuos de vinificación ya que son varias sustancias las que se pierden y significan un valor muy considerado; tercero, podría adquirirse directamente de sus procedencias el azufre, sulfato, cal, abonos minerales etc, ahorro que sería de bastante significado; cuarto, exportaríase el vino directamente e incluso se establecería en el mercado despachos para suministrar el comercio mediano, lo que también equivaldría de un 25 al 30 por ciento de aumento de precio; quinto, al sindicato no le sería en absoluto costosos al disponer de un técnico para dar instrucciones en el cultivo, elaboración y otras manipulaciones de bodega, lo que mucho necesita el viticultor de Galicia; sexto, habrá medios eficaces para terminar, o por lo menos para atenuar el fraude en el vino.

(José Gómez García, Orense, 25 de marzo 1934, El Pueblo Gallego)


Claudi Oliveras

Claudio Oliveras Massó


Proyecto cooperativa vinícola en Leiro


El Ribeiro carece, como en Francia, de grandes bodegas cooperativas. En el verano del año 1934 hay una iniciativa de crear dos bodegas cooperativas: una situada en el Ribeiro del Miño y otra en el Ribeiro del Avia con una capacidad de acogida de 250 a 500 viticultores, incluso un estudio elaborado por el Sindicato de la comarca del Ribeiro especificaba que un vino bien elaborado, embotellado y presentado tendría mucho más éxito en el mercado americano que el vendido hasta ahora a granel.


El primer paso se da en diciembre de 1934 cuando el Ayuntamiento de Leiro cede al Sindicato Comarcal Ribeiro del Avia un campo experimental agrícola, en el Campo de Chantada, supervisado por el ingeniero jefe agrónomo Marciano Martínez Anguiano y su ayudante José Benito Vázquez Gil y con el apoyo del ex vicepresidente de la Diputación de Ourense, José Torres Pintos. En este campo los viticultores reciben formación actualizada y moderna en viticultura, enología y cooperativismo.


La primera noticia del proyecto de crear una cooperativa del vino en Leiro en la comarca vitivinícola más antigua e importante de Galicia la encontramos en la prensa el 23 de abril de 1935 en El Pueblo Gallego:Se nos dice que en Leiro se trabaja con mucho entusiasmo para la formación de una Cooperativa Vinícola y que los trabajos van muy adelantados. Y aquí en Ribadavia ¿qué hacemos?


El 15 de enero de 1936 El Pueblo Gallego informa que se han dado los pasos para poner en funcionamiento la primera cooperativa vinícola de Leiro. La Junta Nacional del Paro había concedido 120.000 pesetas para su construcción y se convoca una reunión de asociados para acordar el emplazamiento definitivo de la bodega. Las cooperativas eran entidades de ámbito local, puesto que las bodegas no podían situarse lejos de las viñas, por el problema del traslado de la uva.


Lástima grande sería que por diferencias de opinión sobre el emplazamiento del edificio, pudiese quedar en proyecto la realización de obra tan importante social y económicamente considerada.


A Leiro cabe la primacía en la iniciativa y es de esperar que sea también en la realización de una obra que tanto interés ha despertado no sólo en el Ribeiro, sino también fuera de la comarca.


Los ingenieros autores del proyecto señores Marcilla y Giménez Cuende, técnicos de capacidad indiscutible en la materia, son los llamados a decidir en esta cuestión. Sin interés alguno y sólo guiados en sus decisiones por el mejor y más fácil desarrollo y progreso de la Cooperativa, que con su esfuerzo constante consiguieron ver en vías de realización (en una comarca, en que por su desdichado individualismo parece imposible la realización de toda obra colectiva), es indudable que el emplazamiento por ellos designado o que designen, será el que reúna mejores condiciones para el fin que persiga con la obra.



Juan Marcilla Arrazola


El que prospera la Cooperativa de Leiro es interés general para la comarca, por tanto es de esperar que el buen sentido se imponga y dejando a un lado los intereses particulares acaten todos las indicaciones de los técnicos que por ser resultado de un estudio completo de la cuestión será el más conveniente.


Al finalizar la guerra civil, el nuevo régimen elaboró una nueva ley, con fecha 2 de enero de 1942, y su reglamento del 11 de noviembre de ese mismo año. El cooperativismo se subordinó a "los intereses nacionales", a la tutela absoluta del sindicalismo oficial. Por ese motivo se creó la Obra Sindical de Cooperación, cuyo único fin era controlar el movimiento cooperativo, limitando lo más posible su eficacia en la práctica. Durante los años de guerra, el movimiento cooperativista creció de la mano de la tendencia obrero-socialista, por las ramas ugetista y libertaria. Este hecho fue utilizado por el régimen franquista como excusa para bloquear su crecimiento.


Por parte del nuevo régimen de la Dictadura de Franco se insta a mejora la producción del vino, centrándose en plantar cepas en tierras abandonadas. Para lograr su objetivo se plantea mejorar la educación enológica y vitícola y la creación de sindicatos o entidades vitivinícolas, similares a la Federaçao dos Vinhos de Portugal.

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