A partir del mes de enero de 2019 se usted tiene previsto visitar Japón tiene que pagar una especie de tasa turística de salida del país, exacto, de salida, no de entrada.
La nueva contribución turística será de 1000 yenes (alrededor de 8 euros) y estará exenta de su abono los menores de 2 años de edad y los que estén de tránsito en Japón. Lo novedoso en esta medida, aprobada recientemente por el Parlamento nipón, es que no solo afecta a los extranjeros, sino también a los nacionales del país. El objetivo oficial de esta nueva tasa es fomentar el turismo y crear un ambiente de viaje óptimo por las tierras del país del sol naciente.
La opinión pública japonesa ya bautizó la nueva tasa como el impuesto sayonara, o de despedida del país. La fecha de 2019 tampoco es elegida al azar dado que ese año Japón acoge el mundial de rugby y en el 2020 las olimpiadas de Tokio. En principio esta tasa será recaudada por las agencias de viajes y las compañías aéreas y su destino supuestamente es mejorar los servicios aeroportuarios y los de control de acceso, según el ministerio de turismo. El fin de esto todo es mejorar el confort del visitante. También tienen que contribuir solidariamente los nacionales que viajen fuera de Japón para que los extranjeros se sientan bienvenidos en el país.
Otro proyecto de fomento del turismo cara a los próximos eventos deportivos es flexibilizar la creación de casinos, eso sí, la entrada en estos establecimientos sería gratuita para los turistas, mientras que los japoneses tendrían que pagar 6000 yenes (45 euros) para acceder al recinto. Esta medida a simple vista discriminatoria, es considerada preventiva por parte del Gobierno teniendo en cuenta la manifiesta adicción de los nipones a los juegos de azar.
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