"Los vinos, como las personas, no nacen siendo adultos"

El Patito feo: opera prima del enólogo Iván Vázquez Pateiro

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Iván Vázquez Pateiro (Ribadavia 1980) es una de las promesas sorprendentes de la enología gallega. Algunos lo consideran incluso el mago de los vinos, el David Copperfield de las bodegas. 


Después de muchos años de dedicación a cuidar los vinos de otros, trabajo que sigue siendo su principal pasión, sale al mercado su propio sello, su primer trabajo personal: El Patito feo. El mismo se considera un obsesionado de la calidad y de la innovación. Sus constantes viajes por otras tierras vinícolas le inspiran, igual como sus colaboraciones docentes con la UNED de Ourense, donde sus cursos de cata de vinos y de enología son ya un clásico de la oferta formativa universitaria.


Por ahora a nivel de la comarca del Ribeiro solo el recién inaugurado Gastro Bar A Comanda de Ribadavia tiene en exclusividad El Patito feo en su carta de vinos.


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P. Dentro de unos pocos días sale al mercado tu opera prima El Patito feo. Después de tantos años de crear vinos para otros ¿qué esperas de tu primera obra personal en el mundo del vino del Ribeiro?


R. Como profesional intento potenciar al máximo la personalidad de los vinos de los proyectos en los que participo. Hasta ahora he tenido la suerte de contar con la confianza de distintas bodegas y colleiteiros para elaborar vinos que respiran la esencia de la tierra que les vio nacer y crecer. Cada uno con sus diferentes características, siempre optimizando el fruto de un buen trabajo en viña y con el carácter de cada casa bien marcado en el producto final.


Ahora afronto con ilusión un nuevo reto. Mi intención ha sido materializar muchos años de análisis y experimentación en un vino que refleja muchas de mis inquietudes. El Patito Feo complementa mi trabajo en otras bodegas. Es un proyecto apasionante en el que intento recuperar muchas de las cosas que se hacían bien en el Ribeiro. Es una mirada hacia el pasado, con una metodología poco utilizada en la comarca en la actualidad.


P. ¿Porque el nombre El Patito feo?


R. La verdad que casi desde que nació el proyecto teníamos claro el nombre. En este caso la marca le va como anillo al dedo al producto.


La fábula de Andersen explica perfectamente la evolución de nuestro vino y las sensaciones que el consumidor puede experimentar cada vez que se encuentra con El Patito Feo.


Hablamos de un vino que nace sin prisas, que busca romper con los estereotipo de los vinos jóvenes del Ribeiro que salen al mercado a los pocos meses de ser elaborados. El Patito Feo es un vino pensado para la guarda, que va descubriendo su personalidad con el paso del tiempo.


Apostamos por los vinos del Ribeiro de antaño, como los que elaboraban artesanalmente nuestros abuelos. Las maceraciones y el trabajo sobre lías tienen como resultado vinos sutiles y elegantes, escapando de esos vinos tecnológicos que están de moda en el Ribeiro y otras denominaciones Gallegas. Nuestro “Patito” evita el exceso de aromas artificiales que normalmente tiene como consecuencia una falta de cuerpo. Por el contrario, con el paso del tiempo, la guarda va destapando esos matices de un vino que gana redondez con la madurez, con respecto a su rabiosa adolescencia.


P. ¿Cuántas botellas, que variedades y donde están ubicados los viñedos y la bodega?


R. Como “verso suelto” que es, El Patito Feo 2016 tiene una producción muy limitada: 2.666 botellas. La variedad empleada es 100% Treixadura, que obtenemos de la Finca Os Borraxeiros en Beade (Ourense). Sólo unos metros más abajo está situada la bodega donde hemos tenido el placer de llevar a cabo este proyecto.


P. ¿El Patito feo será una experiencia única o tienes en mente ampliar hacia un vino tinto en el futuro?


R. La camada dará más frutos que El Patito Feo -Treixadura sobre Lías-. Ahora mismo estamos trabajando en un vino tinto elaborado con las variedades autóctonas Caíño y Sousón. En el mes de octubre, después de siete meses en barrica, saldrá al mercado el segundo miembro de la familia. Un tinto que también busca romper con los prejuicios sobre este tipo de vinos en el Ribeiro y de edición muy limitada: 400 botellas.


P. Eres enólogo de algunas bodegas destacadas de Galicia, ¿eso implica ser más exigente contigo mismo a la hora de crear El patito feo?


R. Como comentaba al principio de la entrevista, mi esfuerzo está en maximizar el trabajo de bodegas y colleiteiros, para imprimir un carácter diferenciador a sus vinos. Me siento agradecido y orgulloso del trabajo realizado con cada uno de ellos, pues ha reportado en reconocimiento y buenos resultados para todos. Por ello, mi actitud ante este proyecto es idéntica a la que adopto con cada equipo con el que trabajo. El Patito Feo tiene mucho de mi personalidad, pero también recupera muchas de las enseñanzas recibidas de mis mayores y es fruto del trabajo de toda la gente que se ha esforzado junto a mí para sacarlo adelante.


P. ¿No crees que hay una saturación de vinos del Ribeiro en el mercado actual? ¿Hay demanda para tanta oferta?


R. El buen trabajo que se está realizando por parte de todas las bodegas y colleiteiros del Ribeiro en los últimos años es digno de elogio. Con el esfuerzo de todos estamos recuperando el prestigio de una D.O. que había perdido fuerza en el siglo pasado. Fruto de este trabajo, el mercado cuenta ahora con una gran variedad de vinos del Ribeiro que cubren distintos espectros de la demanda. Esta diversificación de marcas y referencias redunda de forma positiva, ya que los productores buscan cada vez más elaborar vinos muy personales. Esa diferenciación es una ventaja competitiva a la hora de abordar los diferentes nichos de mercado. Si eliges bien el público objetivo al que quieres dirigir tu vino y trabajas en la dirección correcta, por supuesto tienes un hueco para las nuevas marcas. 


P. Las nuevas tecnologías y la enología ¿Cómo se llevan? Vemos recientemente noticias como drones para vigilar las vendimias, satélites para analizar la situación actual de los viñedos, aplicaciones en los móviles para una mejor gestión de la bodega etc.


R. La adaptación a los nuevos tiempos es parte esencial de nuestra filosofía. Somos partidarios de apoyarnos en las nuevas metodologías siempre que afecten de manera positiva al resultado. Pero con un ojo puesto en las cosas que se han hecho bien en el pasado. Utilizar herramientas que optimicen la gestión no está reñido con la elaboración artesana de un vino, como es nuestro caso.


La tecnología no sólo sirve de apoyo en el trabajo de campo, también es soporte vital en la estrategia comercial. Por ello hemos hecho una apuesta decidida en este aspecto, apoyándonos en profesionales del diseño y la comunicación, que han desarrollado toda la estrategia de diseño y posicionamiento de marca, con unos resultados muy satisfactorios en poco tiempo.


P. El consumidor es quien decide si le gusta un vino o no. ¿Qué destacarías de tu vino?


R. El cliente final es el que dicta las leyes del mercado. Si todos los que participamos en el proceso de creación de un vino lo hacemos bajo los parámetros de la autosatisfacción, estaríamos cayendo en un grave error. Los proyectos, por muy personales que sean, siempre tienen que estar concebidos para responder a las demandas de un determinado tipo de consumidor.


El Patito Feo es un vino pensado para aquellos que buscan disfrutar de algo diferente. No está concebido para una relación fugaz, la meta es que sea un amor duradero. Queremos que el consumidor disfrute con los matices que ira aportando la evolución del vino con el paso del tiempo. Nos gusta esa “humanización” que le aporta la guarda. Nace con la intensidad y rebeldía de un adolescente, sin adornos ni notas artificiales. Y con el tiempo, cada vez que tengan una cita en la mesa, irá apreciando la elegancia y el carácter seductor de su madurez. Esa es nuestra filosofía: Los vinos, como las personas, no nacen siendo adultos. El desarrollo que tienen durante su vida es su verdadero atractivo.


(FOTOS: garabato-photo)


Luis Gulín Iglesias 

Luis Gulín Iglesias, autor

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